miércoles, 11 de junio de 2014

China busca su "el dorado" de petróleo

Latinoamérica sigue siendo “El Dorado”. Pero, en el siglo XXI de la globalización y el auge de Oriente, el nuevo oro es el petróleo y los conquistadores son las multinacionales estatales chinas. En su frenética búsqueda de crudo para alimentar su crecimiento económico, el régimen de Pekín está comiéndole terreno a EE.UU. como principal inversor y socio comercial de su hasta ahora “patio trasero” y ha desbancado a España. La nacionalización de YPF, la filial argentina de Repsol, ha vuelto a poner de manifiesto el interés de las petroleras chinas por este continente, donde el año pasado se descubrieron abundantes reservas de crudo. Mientras el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner maquinaba la expropiación, la empresa española estaba negociando vender el 57% de YPF a China Petrochemical Corporation (Sinopec) por unos 6.000 millones de euros. Tras la intervención, el portal chino Caixin.com ha desvelado que Sinopec estaba dispuesta a seguir adelante con la compra y a desembolsar hasta 11.540 millones de euros.

Sedientas de petróleo, las compañías chinas están ansiosas por ocupar el lugar que deje Repsol en Argentina por culpa de la nacionalización de YPF. El principal motivo de este interés radica en el gigantesco yacimiento de hidrocarburos de Vaca Muerta, hallado en noviembre al suroeste del país en la provincia de Neuquén. Con el equivalente a 927 millones de barriles de petróleo, era el mayor descubrimiento de crudo en la historia de Repsol y requería una inversión de 25.000 millones de euros para su explotación, que las petroleras estatales chinas no deberían tener problemas en reunir gracias a los 3,3 billones de dólares (2,5 billones de euros) que atesoran sus reservas de divisas, las más cuantiosas del mundo.

Desde 2010, el régimen de Pekín viene lanzando una ofensiva para implantar sus multinacionales estatales por todo el continente. Ese año, China National Offshore Corporation (CNOOC) adquirió por 2.350 millones de euros el 50% del grupo argentino Bridas, que luego pagó a BP 5.382 millones de euros por el 60% de Pan American Energy, la segunda petrolera del país. Bridas y CNOOC llegaron a un acuerdo para hacerse con las refinerías y ventas de Exxon Mobil en Argentina, Uruguay y Paraguay. 

Hace dos años, Sinopec pagó 5.300 millones de euros por el 40% de la filial brasileña de Repsol y, el 30% de la portuguesa Galp en dicho país. Por su parte, la también petrolera china Sinochem compraba a la noruega Statoil el 40% del yacimiento Peregrino. Un informe publicado en el número 59 de la revista Economía Exterior detallaba las últimas operaciones chinas para aumentar sus recursos petroleros, ya sea mediante ampliaciones de capital o incluso ofreciendo créditos a cambio de crudo. Con este sistema, el Banco de Desarrollo de China le prestó 7.581 millones de euros a Petrobras en 2009 y otros 5.900 millones a Ecuador, que ya exporta al gigante asiático más de la mitad de su petróleo. 

Aprovechando el “anti-americanismo”, Sinopec, CNOOC y China National Petroleum Corporation (CNPC) invertirán hasta 2016 más de 30.000 millones de euros en cuatro proyectos que prevén la producción de 800.000 barriles diarios en Venezuela, muy por encima de los actuales 112.000, así como la construcción de una refinería con capacidad para 200.000 barriles al día. Además, China ha financiado una nueva refinería de Petróleos de Venezuela (PDVSA) en Brasil que, operada junto a Petrobras, procesará 230.000 barriles. 

Para procesar el petróleo venezolano, China ya está construyendo una gran refinería que procesará 400.000 barriles al día y seguirá alimentando su pantagruélica demanda, que este año importará 266 millones de toneladas de petróleo y consumirá 9,4 millones de barriles diarios. Para 2015, la Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda llegará a los 11,63 millones de barriles al día gracias a un crecimiento a prueba de crisis. Hace once años, el comercio entre China y Latinoamérica apenas rebasaba los 7.500 millones de euros. En 2011, creció un 31,5% hasta superar los 183.000 millones de euros, de los cuales 93.000 millones fueron exportaciones chinas y 90.000 importaciones. Este espectacular incremento da buena cuenta de los intereses chinos por los recursos naturales, como petróleo, gas y minerales, que atesoran países como Brasil, México, Chile, Venezuela y Argentina.

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