jueves, 8 de mayo de 2014

Desafíos del futuro

Desde hace semanas circula por diferentes redacciones un Informe que trasmitió la alemana Agencia Reuters. Allí se publican algunas conclusiones de un trabajo encargado por la norteamericana NASA del cual también se hizo eco el diario británico The Guardian. Según dicho Informe, a través de modelos teóricos han terminado por concluir que la actual civilización va tomando caminos peligrosos. La crisis económica, el auge tecnológico puesto al servicio de las ganancias empresariales, la presión sobre los recursos del planeta para satisfacer las crecientes demandas instaladas por el consumismo y el “cambio climático” por estas mismas circunstancias, son factores que ponen en riesgo el futuro del conjunto de la humanidad. Recoge la idea que, al igual que en otras civilizaciones perdidas, la actitud de las élites en el poder es “es seguir haciendo lo habitual” sin percibir los peligros que encierra tal forma de actuar.

Sin hacer referencia a este consumismo desaforado y al modelo económico que lo promueve, el conocido científico Stephen Hawking ha ido más lejos. Considera que si, en los próximos 100 años, los humanos no son capaces de colonizar otros planetas estarán frente “a una extinción inminente”. Según su apreciación los recursos son limitados y la población cada vez mayor. No faltan quienes como el economista de origen turco Nouriel Roubini, quien advirtió sobre la crisis financiera que se instaló en los países occidentales, que ahora dicen que las “nuevas tecnologías de fabricación” pueden –al día de hoy- fabricar mediante robots el 47% de las cosas que se hacen en el actual sistema industrial, profundizando la crisis de empleo. Quien quiera podrá encontrar en Internet las características de una impresora 3D china que mezcla cemento con fibra de cristal y fabrica bloques para hacer viviendas según la medidas y diseño del interesado, pudiendo fabricar hasta 10 casas de 200 metros cuadrados por día. Obviamente los sectores económicamente poderosos, a través de estos mecanismos, harán que el capital siga concentrando poder y bienes en sus manos. A pesar de todo “La Vida es Bella” como lo recuerda el título de la hermosa película del italiano Roberto Begnini, justamente por eso hay que cuidarla.

Juan Guahán, Question

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