miércoles, 16 de marzo de 2011

Berlusconi, el atómico

Mientras en todo el mundo serpentea el pánico de la catástrofe nuclear después de los efectos del maremoto sobre la central atómica en Japón. En Italia, la única de las grandes economías europeas que no se alimenta a energía nuclear desde 1990 y país de terremotos, el gobierno de Berlusconi insiste en que continuará con sus proyectos de relanzarla. Opción surgida en 2008, luego de la crisis económica y de los aumentos de gas y petróleo. “Una aventura nuclear es equivocada y peligrosa y nosotros nos rebelamos con todas nuestras fuerzas”, dijo la oposición que pide que el gobierno detenga el programa nuclear y profundice sobre las energías alternativas. “Mientras los mayores países europeos están revisando su posición, mientras las nuevas tecnologías hacen inútil el recurso a la energía nuclear, nuestro gobierno quiere construir 13 centrales. Hemos propuesto un referéndum y esperamos que los ciudadanos se expresen masivamente”.

Italia suprimió la energía nuclear, cerrando o “congelando” sus centrales, en 1990. El pueblo italiano, aun sabiendo que le costaría un aumento considerable en la factura de la luz –parte de la energía eléctrica se importa de Francia y Eslovenia– y en otros insumos, como el gas –necesario también para producir electricidad–, en tres referéndum realizados en 1987 le cortó las alas al proyecto nuclear. Había entonces cinco centrales repartidas por el país, dos de ellas cerca de Roma. Un año antes había sucedido el desastre de la central atómica de Chernobyl. Entre los muchos efectos que tuvo la nube cargada de radiaciones proveniente de Chernobyl, algunos expertos aseguran que generó un aumento de individuos con enfermedades de tiroides. Pese a que en la década del 60 Italia aparecía como el tercer productor mundial de energía nuclear después de Inglaterra y Estados Unidos, los italianos dijeron no a los planes nucleares con fuerza y claridad

Por otra pate, Berlusconi se autoelogió por impulsar la aprobación del polémico proyecto de ley de reforma de la Justicia, que la oposición considera hecho para defender sus intereses personales. “ Soy valiente, temerario, quizá también un poco heroico y loco ”, dijo en una intervención telefónica durante un acto de su partido en Turín. La oposición, denuncia que a través de esta nueva reforma de la Justicia busca eludir las condenas que recibirá en los tribunales. Berlusconi está procesado por varios delitos, entre ellos corrupción, fraude fiscal, abuso de confianza y, recientemente, prostitución de menores. Pese a todo, este patético personaje le resta importancia al tema y sigue ejerciendo el cargo de Primer Ministro y manejando su imperio periodístico que incluye, entre otras, tres canales de televisión, un diario, un semanario, la mayor casa editorial del país y una poderosa sociedad de publicidad en Italia.

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